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La Fura, Wagner y el Mediterráneo El Palau de les Arts estrena 'El oro del Rin' y 'La walkiria' con Mehta y La Fura dels Baus FERRAN BONO - ValenciaSostiene Carles Padrissa, uno de los directores de la Fura dels Baus, que "la pasión, la ilusión y la ingenuidad" son características propias de los valencianos. Y afirma que tales atribuciones son necesarias "para adentrarse en el mundo de Wagner". Por tanto, ¿qué mejor lugar para debutar en la dirección escénica de las dos primeras óperas de la tetralogía El Anillo de los Nibelungos que el espectacular Palau de les Arts de Valencia? El oro del Rin se estrenará mañana y La walkiria, el lunes. La luz es "la palabra mágica" en este tipo de "producciones muy mediterráneas", agregó ayer Padrissa, en compañía del director musical Zubin Mehta, versado ya en estos menesteres con cinco (incluyendo ésta) tetralogías a sus espaldas. La luz fluye desde distintos ángulos del escenario, donde todo está en continuo movimiento, empezando por las imágenes de alta definición proyectadas en 12 pantallas, que se desplazan como telón de fondo. El reputado reparto de cantantes, encabezado por Matti Salminen, Juha Uusitalo y Jennifer Wilson, sube y baja de unas grúas móviles; del peine del escenario cuelgan los figurantes; en las vídeocreaciones, las moléculas se juntan. Son artefactos escénicos que incluyen las últimas tecnologías para representar una versión en el fondo muy fiel de la obra de Wagner del siglo XIX, apunta Padrissa. Mehta parece encantado. Alabó la "flexibilidad" y la "interminable imaginación" de la Fura, que también ha sido receptiva a sus comentarios. Y defendió con especial énfasis el trabajo de la joven Orquesta de la Comunitat Valenciana, aunque haya tenido que enseñarle el "estilo wagneriano". En realidad, pasa con la mayoría de formaciones, a excepción de algunas como Munich o Viena, apostilló el director musical de Bombay. Estos dos montajes constituyen "el momento culminante" de la primera y accidentada temporada del Palau de les Arts, apuntó su intendente, Helga Schmidt. Esta coproducción entre el coliseo valenciano y el Maggio Musicale Fiorentino ha contado con un presupuesto cercano a los tres millones de euros, según fuentes del Palau. Sólo se ofrecerán cuatro funciones en Valencia de cada una de ellas. De El oro del Rin, el 28 de abril y los días 3, 7 y 12 de mayo; de La walkiria, el 30 de abril, y los días 5, 10 y 14 de mayo. No quedan localidades a la venta desde hace días. En los próximos dos años, se representarán las otros dos óperas que compeltan la monumental tetralogía, Sigfrido y El ocaso de los dioses. | |
La Fura dels Baus ya ensaya su Wagner para Valencia La Fura dels Baus ha iniciado ya en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia los ensayos de las dos primeras óperas de la Tetralogía de Wagner, Das Rheingold (El oro del Rhin) y Die Walküre (La Valquiria), nuevas producciones que el coliseo estrenará los próximos 28 y 30 de abril, respectivamente. El grupo catalán, responsable de la dirección de escena, inició los ensayos con solistas y figuración el pasado 1 de marzo en la Sala Martin i Soler del Palau de les Arts. Como muestra la imagen, la compañía cuenta con sus habituales artefactos escénicos para actualizar la gran obra de Wagner. | |
REPORTAJE: MÚSICA LOURDES MORGADES / FERRAN BONO El Palau de les Arts de Valencia se lanza en su primera temporada al océano wagneriano con el estreno de una nueva producción de El anillo del Nibelungo, uno de los mayores esfuerzos creativos abordados en la cultura occidental, que cuenta con dirección musical de Zubin Mehta y escénica de La Fura dels Baus, que opta por devolver la tetralogía al mundo de la mitología Carles Padrissa: "Os estiráis y aprovecháis la oportunidad para empalmar! Así, así...", vocifera Carles Padrissa (Balsareny, Barcelona, 1959), uno de los directores del grupo teatral La Fura dels Baus, desde el centro de la platea del Palau de les Arts de Valencia al grupo de 32 jóvenes fibrosos que permanecen colgados del peine del escenario mientras tratan de entrelazar sus articulaciones para formar un Walhalla de sello furero. Wotan y Fricka, mientras, se encaminan solemnes, seguidos del resto de los dioses, hacia su fortaleza atravesando el puente formado por un arco iris sobre el valle y ante los reproches de las hijas del Rin, cuyas voces se elevan desde el foso. La orquesta enfila los últimos 22 compases de El oro del Rin y cuando Zubin Mehta baja la batuta tras apurar el calderón del último acorde, en el escenario y la sala retronan los aplausos de técnicos, asistentes múltiples y cantantes. Son las 22.35 del primer y largo día de ensayo conjunto (solistas y orquesta) del prólogo de la tetralogía wagneriana, que se estrena el próximo sábado. Se llega al final de la cuarta y última escena de la ópera 25 minutos antes del plazo límite del ensayo y aprovechan para repetir la última parte, la del Walhalla, formada por cuerpos humanos suspendidos en el aire. Estos días, en el Palau de les Arts no se regala ni un minuto de tiempo. Se apuran los segundos ante el inminente estreno, los próximos 28 y 30 de abril, respectivamente, del prólogo (El oro del Rin) y la primera jornada (La walkiria) de El anillo del Nibelungo, la monumental tetralogía escrita por Richard Wagner a lo largo de casi treinta años y uno de los mayores esfuerzos creativos abordados en la cultura occidental. Para un teatro de ópera llevar la tetralogía a escena -en Valencia, donde se afronta en coproducción con el festival Maggio Musicale de Florencia, se completará en las dos próximas temporadas con los estrenos de la segunda y tercera jornadas, Siegfried y El ocaso de los dioses- supone el más grande de los desafíos al que puede enfrentarse, tanto en términos económicos como humanos. De igual manera lo es artísticamente para un director de orquesta y un director de escena, amén del reto que significa para los cantantes interpretar a Wagner. El neófito Palau de les Arts se lanza temerario al gran océano wagneriano con el inconveniente de un teatro cuyas obras todavía no se han finalizado, con la plataforma móvil del escenario fuera de servicio y un engranaje humano a medio engrasar. A su favor tiene la experiencia y veteranía de Zubin Mehta en la dirección musical, el compacto reparto vocal en el que coinciden dos generaciones de cantantes wagnerianos y el extraordinario reclamo mediático que supone contar con el grupo teatral La Fura dels Baus en la dirección de escena. Además, a todo ello hay que añadir el hecho de que la buscada coincidencia de las funciones, hasta el 14 de mayo, con las primeras pruebas del calendario de la Copa del América ha transformado en un codiciado evento social el singular acontecimiento musical que siempre supone para un teatro de ópera el estreno de una nueva producción de la tetralogía wagneriana. Los ensayos simultáneos de El oro del Rin y La walkiria se iniciaron formalmente a principios del pasado mes de marzo en el Palau de les Arts. Sin embargo, Carles Padrissa, responsable de esta tetralogía, ya realizó un simulacro de la primera escena del prólogo el 17 de agosto de 2005 durante los actos de celebración de la Fiesta del Árbol Frutal de Moià, población barcelonesa donde nació el gran tenor wagneriano Francisco Viñas (1863-1933) y donde Padrissa se crió desde que tenía cinco años. No hay en Moià habitante que desconozca a Wagner. Viñas es el responsable. "En el pueblo hay una calle que lleva el nombre del compositor, en el museo, fotografías del tenor vestido como Siegfried, y el bar principal se llama Santo Grial ..., bueno, ahora le han cambiado el nombre, pero todos los conocemos como el Grial", explica Padrissa, quien confiesa que su bautizo operístico, en el Liceo de Barcelona en junio de 1983, fue con una función de Tannhäuser. "Tenía una entrada del quinto piso en la que no se veía el escenario, pero la música, que se escuchaba perfectamente, me acojonó. Me enamoré de la música de Wagner", confiesa. "Que La Fura dels Baus se encargara de la puesta en escena fue la condición que puse para dirigir la tetralogía en Valencia. He hecho cuatro veces todo el ciclo wagneriano y no estaba interesado en dirigir otra vez El anillo, pero cuando vi La condenación de Fausto, de Berlioz, que hicieron en el Festival de Salzburgo en 1999, tuve claro que quería trabajar con ellos", cuenta Zubin Mehta en su inmenso camerino con magníficas vistas a los estanques que rodean el Palau de les Arts y a la Ciudad de las Ciencias. "Padrissa es muy abierto y desde el principio ha querido ser muy respetuoso con las indicaciones que Wagner hizo en el libreto, pero eso no significa que haga una puesta en escena naturalista", advierte mientras bromea con sus interlocutores ofreciéndoles de un pequeño cuento chiles piquín, una de las variedades más picantes de guindilla que el director de origen indio mastica continuamente como si de inofensivos caramelos se tratara. "Esto que hago en Valencia de pasarme tantas semanas ensayando hace años que he dejado de hacerlo", prosigue. "He trabajado con los mejores directores de escena, pero los actuales no quieren saber qué pienso sobre su trabajo. Van a lo suyo, sin importarles ni nada ni nadie. Padrissa, sin embargo, sí ha querido saber mi opinión y hemos trabajado juntos el proyecto desde el origen". Un encargo de la directora del coliseo lírico valenciano, Helga Schmidt, a La Fura que se remonta al año 2000. Después de más de un mes de ensayos por separado, El oro del Rin y La walkiria empiezan a adquirir la forma de óperas. Ensamblar las piezas, solistas, orquesta y escena requiere no pocos ajustes. "¡No!, ¡no! Hay que entrar a tiempo. De nuevo. Compás doscientos setenta y tres. Zweihundertdreiundsiebzig", grita desde una de las tres mesas de control plantadas sobre las butacas de platea Alejandro Satdler. El asistente de Padrissa corrige a un regidor que ha demorado la orden de entrada de una de las grúas en las que van encaramados dioses y gigantes, uno de los variados artilugios fureros creados por el escenógrafo Roland Olbeter para la producción. "La cabeza, the head", vocea Valentina Carrasco, otra asistente, responsable del movimiento de actores, al bajo finlandés Matti Salminen, el gigante Fasolt en El oro del Rin. Salminen, curtido en mil escenarios tras cuatro décadas como profesional, hace caso omiso de la indicación y se apea de la grúa con ademán airado. Carrasco le persigue por el escenario. "Ya me he muerto, ¿no? Pues me voy", le espeta el bajo y pocos segundos después aparece en platea para seguir desde la primera fila el ensayo. "Que por qué no subo al escenario. Pues porque si subo demasiado la lío", aclara Padrissa sentado en uno de los peldaños del pasillo central de platea. La sala es una torre de Babel: castellano, alemán, inglés, italiano, francés, catalán, finlandés ... Cuando Mehta levanta la batuta y la música empieza a sonar, todos se entienden. "Lo que he visto hasta ahora del montaje es que hay una técnica monstruosa que se percibe a la perfección. Hay muchas pantallas, televisiones, piscinas, grúas ... La idea base me parece fantástica, pero hay que esperar a verlo, al estreno", dice Salminen. Desde lo alto de las grúas, el barítono Juha Uusitalo (Wotan), discípulo de Salminen; la mezzosoprano Anna Larsson (Fricka); el bajo Ilya Bannik (Donner); el tenor Germán Villar (Froh), y el bajo Stephen Milling (Fafner), al igual que el tenor John Daszak (el semidiós Loge) correteando por el escenario en un segway, aprovechan los momentos que no cantan para girar curiosos su mirada hacia la enorme pantalla en la que se proyectan las impactantes imágenes digitales creadas por Fran Aleu que sustituyen al convencional decorado de la escenografía. Imágenes con una resolución 12 veces mayor que la de un DVD que por momentos recuerdan el inicio y el final de la mítica 2001: Una odisea en el espacio. "Hacemos una versión pedagógica de El anillo del Nibelungo; una versión para que todo el mundo la entienda", se explaya Padrissa al tiempo que reafirma su "fidelidad" al libreto e indicaciones de Wagner. "Tenía algunos discos de fragmentos de sus óperas, pero cuando en 2000 fui por primera vez a ver a Mehta a Florencia para hablar del proyecto me gasté cien euros para comprarme los DVD de la producción que Pierre Boulez y Patrice Chéreau hicieron hace 30 años para el Festival de Bayreuth porque quería ir informado. Y le dije a Mehta: 'Puedes estar seguro de que no haremos una versión cotidiana de la tetralogía. La nuestra será una versión mitológica'. Después de que Chéreau convirtiera a Wotan en el jefe de la fábrica, prácticamente todas las versiones de El anillo han transformado a los dioses en seres reales, cotidianos. Pues nosotros no, volvemos al mito, uno de los temas habituales de La Fura dels Baus. Los nuestros vuelven a ser dioses, seres de luz, como indica Wagner, que se desplazan a 300.000 kilómetros por segundo. Y con los humanos, me remonto al hombre de Neardental, que se extinguió, en el caso de Hunding; y al homo sapiens, la nueva especie, en el de Siegmund y Sieglinde, y con ellos el inicio de la degradación de la naturaleza a manos del hombre". Parece arrebatado Padrissa cuando habla de Wagner. "Muchos me dijeron que me lo pasaría mal, que la tetralogía era muy difícil, pero yo lo encuentro fácil", proclama. "¿Quién ha hecho en España esto?", inquiere. "¡Nadie! No liga con el carácter de este país. Es mucho trabajo", se contesta. "Wagner compuso la primera nota de El anillo en Italia. Y en esta versión valenciana recupero esa parte luminosa y mediterránea que hay en la obra, la parte de revolucionario que el compositor tenía cuando en 1848 empezó a esbozar el libreto. Hago una versión pasional de El anillo del Nibelungo, en la que recuperaré al final las palabras originales sobre el sacrificio y el amor que el compositor imaginó en boca de Brünnhilde: 'Si pasó como un soplo la estirpe de los dioses; / si dejó al mundo de nuevo sin señor, / también reveló al mundo el tesoro de mi divina sabiduría. / Ni bienes, ni oro, ni pompa de los dioses. / Ni palacios, ni dominios, ni ostentación de los amos. / Ni la dura ley de hipócritas costumbres ... / Dejad que, en el dolor y en la alegría, exista sólo el amor".
REPORTAJE: MÚSICA L. M. / F. B. Dioses, semidioses, ninfas, gigantes, héroes, humanos, enanos, dragones ... Hasta 34 personajes, musicalmente identificados con motivos temáticos, los leitmotiv, integran El anillo del Nibelungo, la colosal tetralogía wagneriana, el conjunto de cuatro óperas (El oro del Rin, La walkiria, Siegfried y El ocaso de los dioses), en total 15 horas de música, escritas por Richard Wagner (1813-1883) a lo largo de 28 años a partir de la antigua leyenda nórdica de los Edda, leyendas germánicas sobre el mismo mito y otras historias surgidas de su desbordante y febril imaginación durante la redacción de un libreto cuya estructura remite a la tragedia griega. Una narración que el compositor convirtió en una parábola de los principales problemas de la humanidad: la avidez por el poder, el engaño y la destrucción de la armonía de la naturaleza. Iniciado a partir del final, la muerte de Siegfried, el héroe puro que no conoce ni el miedo ni la envidia, Wagner fue progresivamente ampliando el libreto para explicar los antecedentes hasta remontarse a la génesis del mundo, donde el dios Wotan rompe la armonía de la naturaleza al decidir convertirse en el jefe absoluto. La composición de la música de las cuatro óperas, estructuradas como un ciclo dramático en un prólogo y tres jornadas, indisociables para la completa comprensión de El anillo del Nibelungo, se inició por El oro del Rin, en sentido inverso a la redacción del libreto. La compleja trama de la epopeya requiere de un esfuerzo para su comprensión. He aquí una sucinta guía de personajes y elementos fantásticos que aparecen en la tetralogía wagneriana: Dioses. Espíritus de luz, según la definición de Wagner, eternamente jóvenes que habitan en lo alto y cuyo jefe supremo es Wotan. Welsungos. Hijos del dios Wotan (Wälse, cuando baja a la tierra) y una mortal: Siegmund, su hermana gemela Sieglinde y el hijo incestuoso engendrado por ambos, Siegfried, el héroe puro. Walkirias. Vírgenes guerreras, hijas de Wotan y Erda, diosa de la sabiduría y la tierra, cuya misión es llevar al Walhalla a los héroes caídos en combate. Hijas del Rin. Ninfas que custodian el oro que contienen las aguas del Rin, símbolo de la inocencia. Gigantes. La raza más antigua de la Tierra en vías de extinción. Nibelungos. Enanos herreros y orfebres que viven en las profundidades de la tierra. Anillo del Nibelungo. Forjado con el oro robado del Rin, es el símbolo del poder y su posesión conlleva la muerte. Lanza de Wotan. Tallada de una rama arrancada del fresno del mundo donde el dios graba las leyes con las que mantiene su autoridad suprema. Walhalla. Fortaleza de los dioses, construida por los gigantes, y morada de los guerreros valientes caídos en combate. Nibelheim. País de los nibelungos. Reisenheim. País de los gigantes. Notung. Espada divina que hace a Siegfried invencible en las batallas. Tarnhelm. Yelmo mágico inventado por Alberico, rey de los nibelungos, y forjado por su hermano Mime, que hace invisible a quien lo lleva, cambia su aspecto físico y lo traslada al instante a otro lugar. | |
La Fura dels Baus le da la vuelta al Anillo POR SUSANA GAVIÑA BARCELONA. El Naumon está anclado frente al bullicioso Maremagnum de Barcelona. En este barco, un viejo rompehielos de 60 metros de eslora, reconvertido en centro cultural durante los meses que no surca los mares en busca de nuevos espectadores, es donde el grupo catalán La Fura dels Baus alumbra todos y cada uno de sus trabajos, antes de trasladarse al escenario sobre el que termina de apuntalarlos. Allí, hasta la "cocina", entró ABC para ver a los componentes del grupo cómo paren su próxima criatura. Se trata de "El Anillo del Nibelungo", la obra monumental de Wagner que tardó 26 años en completar (1848-1874), y que en coproducción con el Maggio Musicale Fiorentino se estrenará en el Palau de las Arts Reina Sofía de Valencia en días casi sucesivos, 28 y 30 de abril, los dos primeros títulos de esta Tetralogía -"El oro del Rin" y "La valquiria"-; mientras que los dos restantes -"Sigfrido" y "El ocaso de los dioses"- llegarán en las dos temporadas siguientes. Todos bajo la misma batuta, la del director del Festival del Mediterráneo (varado todavía), Zubin Mehta, quien ha sido, además, el responsable de este maridaje entre el compositor alemán y el grupo catalán, cuyo idilio comenzó en el año 2000. Subimos por la pasarela que da acceso al barco, y nos introducimos en sus tripas. De ahí a un pequeño cuarto en el que se encuentran Carles Padrissa, director de escena; Roland Olbeter, responsable de la escenografía; y Chu Uroz, del vestuario, entre otros integrantes del grupo. Las conversaciones se entrecruzan, y las ideas se superponen. "Creo que deberíamos proteger la rueda, y hacer con velcro como una estructura...", afirma uno. "Para que sólo se ve la luz", confirma otro. "Esto hay que acotarlo..., con luces de gálibo, no...". "Es complicado", le avisa un tercero. Mientras, garabatean unos bocetos que ilustran estas ideas para realizar los "prototipos". Instalaciones móviles "Flechas", "arnés", "acribillado"... son algunas de las palabras que surcan el aire y que traen a la memoria otros montajes del grupo, experimentado en las lides operísticas. Ha pasado más de una década desde su iniciación en 1996 con la "Atlántida" de Falla, que presentaron en el Festival de Música de Granada; a la que siguieron "El martirio de San Sebastián", de Debussy (Barcelona y Madrid); "La condenación de Fausto", de Berlioz (Salzburgo); "La flauta mágica", de Mozart (París y Madrid) o, más recientemente, "El castillo de Barbazul", de Bartok y "Carta a un desconocido", de Janacek, estrenadas ambas en un programa doble en la Ópera de París, dirigida todavía por su amigo y devoto seguidor Gerard Mortier. Ahora se enfrentan a uno de los grandes tótem de la música: Wagner y su teatro total. Difícil para algunos e intocable para otros, durante las tres últimas décadas la Tetralogía también ha sucumbido a la actualización de la mano de directores como Friedrich, Ronconi, Stein, Lehmann o Chéreau. Sin embargo, La Fura dels Baus, siempre a contracorriente, ha regresado a sus orígenes y vuelto la mirada hacia los dioses, en esta obra en la que el compositor alemán, responsable también del libreto, fusionó diversos mitos y cuentos folclóricos germanos y escandinavos. "Son dioses -subraya Carles Padrissa-. No son burgueses que tienen una fábrica. Hemos intentado recuperar la idea mitológica de la obra". Un giro que está convencido sorprenderá al público. "Porque en los últimos treinta años el interés ha radicado en humanizar la historia y ha habido muy pocas lecturas que busquen ese origen mitológico". El dios, transformado en dueño de la fábrica o del casino, es para la Fura una idea "ya superada. Lo interesante es volver a la versión original, y sumar a partir de los esfuerzos de Wagner". Padrissa reconoce que entre sus referencias a la hora de montar la obra se encuentra Adolphe Appia, arquitecto y escenógrafo de principios del siglo XX. Sobre la escenografía, Roland Olbeter explica que "no está concebida al modo clásico de construir un paisaje. Está compuesta por piezas aisladas, casi como instalaciones, cargadas de carácter simbólico". Y pone como ejemplo un móvil formado por troncos muy pesados y grandes, "que representan el bosque". Así la escenografía se presenta como la suma "del factor humano" y de la maquinaria, de las pantallas, los soportes y los móviles creados por Olbeter, que reconoce que el punto de partida era precisamente "que no había escenografía". En cuanto al vestuario, "multimedia", Chu Uroz afirma que los trajes "son pantallas -realizadas con tela de cometa- colocadas como en un universo furero", en las que cobra especial protagonismo la luz. Todo ello, más la incorporación del vídeo (realizado por Franc Aleu), conforman este montaje. A pesar de esta personal reinterpretación de la Tetralogía, Padrissa insiste en que su intención no es "cotidianizarla. Ya la han domesticado mucho durante estas tres décadas". Y que su punto de partida es Wagner. "Hemos vuelto a una versión más fantástica en la que los dioses son seres de luz y donde las valquirias vuelan de verdad". Algo que si bien se repite en los montajes de La Fura, ya se practicaba en las primeras representaciones de la Tetralogía, "movidas por grúas rudimentarias", sustituidas ahora por otras más sofisticadas. "Olbeter ha construido unas grúas capaces de levantar 140 kilos". Dioses y homo sapiens En cuanto a la sincronización entre la música y la escena, aseguran que su intención ha sido "ralentizar" ésta última, "en lugar de llenarla de acción, con el propósito de que acompañe a la música, sin alterar el tempo en ningún momento". La narración estará protagonizada por dos mundos: el de los dioses, "seres polimorfos de luz"; y el de los hombres, "que están como en el mundo de 2001, situados en otro estadio que se divide en homo sapiens y hombres de Neandertal". Y añade: "No hemos retrocedido hasta la mitología medieval, sino más atrás, directamente a 40 o 50.000 años antes de Cristo. En los dioses hemos avanzado hacia adelante, mientras que en los hombres hemos ido en busca del fuego". Aseguran que la colaboración con el director musical Zubin Mehta ha sido excelente. "La primera vez que me reuní con él -recuerda Padrissa-, le dije que no quería hacer una versión politizada, sino una buscando la mitología, de arqueología profunda que va evolucionando en los siguientes títulos, en donde "Sigfrido" bebe de la ceremonia de la confusión. Hacia el final nos vamos adentrado más en nuestra época, como si se tratara de un zoom". Duramente criticados por sus reinterpretaciones operísticas, donde la parte escénica eclipsaba a la musical, Padrissa asegura que la voz cantante la lleva el compositor y el director de orquesta: "Nosotros estamos en contra de la dictadura del director de escena. El que manda en la ópera es el director musical". | |
Carlos Padrissa: "Hemos ido "secuestrando" a Zubin Mehta hacia el lenguaje de La Fura" POR M. MOREIRA VALENCIA. Carlos Padrissa es el artífice, junto al escenógrafo Roland Olbeter, de la puesta en escena de la Tetralogía de Wagner, un montaje altamente tecnificado y desbordante, cuyas imágenes asaltarán a los espectadores, integrándolos en el universo épico del compositor. Cantantes pasados por agua, protagonistas que vuelan por encima del foso, y una interpretación casi bíblica de esta magna obra que el autor alemán tardó casi un cuarto de siglo en componer y escribir. El estreno, el próximo 28 de abril, de la primera parte de la saga, "El Oro del Rin", es para muchos melómanos la cúspide de la primera temporada del Palau de les Arts. Pero también puede convertirse en un hito para públicos ajenos a la ópera, para los amantes de las mitologías paganas, de Tolkien o del lenguaje excesivo de La Fura dels Baus. Dioses, gigantes y un enano nibelungo luchan con denuedo por el poder; la compañía catalana por la sublimación de la "obra arte global". La más compleja que han tenido que afrontar nunca. La pericia de La Fura dels Baus en producciones líricas ha sido contrastada en montajes como "Atlántida" de Falla, "El martirio de San Sebastián" de Debussy, "La condenación de Fausto" de Berlioz, "La flauta mágica" de Mozart, "El castillo de Barbazul" de Bartok o "Carta a un desconocido" de Jánacek, pero parece que Wagner, generador de pasiones, son palabras mayores. Sí, pero no me asusta nada. Me considero un wagneriano de tercera generación, porque he mamado al compositor desde pequeño. Se dice que Wagner es difícil porque es muy psicológico y exige mucho trabajo de teatro. Nuestro lenguaje sin embargo es muy simbólico. En la Tetralogía tratamos a Dios como seres modernos y futuristas, a los hombres como poseídos por las pasiones, como seres primitivos llevados por la locura, y a los nibelungos como gusanos que viven en la tierra. Me pareció mucho más difícil "Barbazul", que tenía más giros psicológicos. En la Teatralogía lo importante es pillar el tiempo, cogerle el truco. La Tetralogía ha sido revisada en diversas ocasiones, en manos de Friedrich, Ronconi, Stein, Lehmann o Chéreau, pero su versión parece haber rechazado las traslaciones metafóricas a contextos históricos o la crítica a la sociedad capitalista. Llevamos 30 años viendo puestas en escena cotidianizadas, a Wotan como director de un casino o de un balneario. La aproximación a la realidad es importante (también lo hemos hecho nosotros), pero ahora me apetece partir de Wagner, salirme por la tangente. Para nosotros es un privilegio ser el primer grupo escénico español que produce al compositor alemán de esta forma. Este retorno a la esencia mitológica del libreto viene acompañada de una estética muy futurista. ¿Le habría gustado a Wagner? Sí. Hace ya cien años que se inventó el cine y todavía no había un matrimonio de este género con la ópera. Las técnicas que existen hoy en día hacen que Wagner esté muy vivo. Él era un hombre de espíritu renacentista, que componía, tocaba instrumentos, era promotor e incluso construyó un teatro. Él hablaba de la construcción de máquinas voladoras para el montaje, ¡y nosotros somos especialistas en eso! ¿Temen que esta vuelta al olimpo dificulte todavía más la comprensión de una obra de por sí "dura"? No, creo que será más fácil de entender incluso, porque seguimos como una Biblia las acotaciones del compositor. Aunque tampoco renunciamos a dar contenido metafórico a la Tetralogía, que entendemos como una crítica a la degradación suicida de la naturaleza en manos del hombre técnico. La historia comienza cuando el enano Albrich roba el oro del Rin, y esto provoca una serie de desequilibrios en cadena. Wagner es muy sabio en lo que dice. Nosotros buscamos la sublimación del arte de la que él hablaba: que pensamiento, música, acción y sensación sea todo sea uno. Puede que esta vez sólo lo consigamos a medias, pero tenemos tres años para lograrlo. Nosotros, al igual que Wagner, tenemos en cuenta la energía del público. La Fura ha vivido mucho de la fuerza de la adrenalina, y este teatro, que tanto han criticado, a nosotros nos viene perfecto para lograrlo. Cuando lo llevemos a Florencia igual no lo podemos hacer así de bien. La vinculación al proyecto de la Fura dels Baus fue una exigencia de Zubin Mehta, que es un declarado admirador de la compañía. ¿Pero ha limitado su trabajo? Al revés, lo hemos ido "secuestrando" hacia nosotros. De entrada le gustó la idea de no humanizar la historia. Luego le hemos acabado convenciendo para meter a las cantantes en tanques agua, algo que Wagner dicta en el libreto y que creo que nunca se había hecho. Él se preocupa por la música, pero hicimos pruebas con extras para comprobar que no afectaba al canto, y él accedió. También le convencimos para que los cantantes volaran por encima del foso. ¿Han debido contenerse para que la fuerza visual de La Fura no se "coma" a la música? Puede que eso sea inevitable ante cierto tipo de público, pero nosotros nos hemos contenido y hemos creado el espectáculo a medida para que esto no ocurra. Éste no es uno de los espectáculos de la Fura en los que todo se agita, es más bien evolutivo. El coste de este montaje, que para el escenográfo Roland Olbeter es la más compleja que ha realizado junto a la Fura, se eleva a tres millones de euros. ¿Es una cifra razonable? Mi experiencia me dice que lo barato acaba saliendo caro y al revés. Vengo de hacer en París un montaje de una hora de duración cuyo coste ha sido de algo menos de una cuarta parte de lo que cuesta la Tetralogía completa. Si ha sido caro o barato hay que juzgarlo después de haberse visto. Los resultados del marketing cultural se tienen que analizar años más tarde. Mira el Guggenheim, todos lo criticaban y ahora están orgullosos de él. Me parece que está prevista la reposición de la Tetralogía, ¿y su salida a la venta en formato DVD? Hay varios teatros extranjeros interesados en la producción, y sí va a sacarse a la venta un DVD en High Definition. ¿Qué queda en la Fura del 2007 de las influencias del Accionismo Vienés o la estética de grupos como Einsturzende Neubauten? Tenemos la misma piel pero más arrugada. Se mantiene la esencia, pero la provocación cuando ya casi tienes 50 años consiste en hacer un Wagner diferente. O coger todo el dinero que tenemos e invertirlo en comprar un barco de 60 metros (el Naumon) para tener la satisfacción de crear flotando y organizar actividades de teatro y música. Lo que más me gusta es arriesgar para vacilar. Nos da igual perderlo y que se hunda. Ése es el espíritu de la Fura, hacer lo que nos dé la gana. Ya me veo comprando una nave espacial cuando sea más barato (ríe). Haciendo revisión de la trayectoria de la compañía... ¿qué espectáculo cree que ha sido más determinante para su éxito a nivel mundial? A nivel popular el que hicimos para las Olimpiadas de Barcelona, porque nos vieron 3.500 millones de personas. Pero cuando teníamos 25 añoshacíamos espectáculos muy rompedores, que para algunos son la "verdadera" Fura. ¿Algún patinazo? Como arriesgamos tanto nos equivocamos más. Odio los estudios de mercado, que el prestigio se trate como una empresa, que todo se mida con guantes. ¿Un patinazo? El Naumon. Los políticos aún no se han dado cuenta de las posibilidades de nuestro barco. | |
CARLES PADRISSA DIRECTOR DE LA FURA DELS BAUS El artista multidisciplinar asegura que la avería de la plataforma del auditorio ha beneficiado al montaje de las obras de Wagner que se estrenan la próxima semana MIKEL LABASTIDA VALENCIA
Carles Padrissa lleva semanas encerrado en el Palau de les Arts como representante de La Fura dels Baus en la dirección escénica de El oro del Rin de Wagner, que se estrena el día 28, y La Walkiria, que llegará el 30. Él se considera una pieza más de "un equipo fantástico (Roland Olbeter, Peter van Praet, Chu Uroz, Franc Alou) con el que llevo trabajando muchos años". La Fura comienza una relación con el Palau de les Arts que le llevará a representar entre 2007 y 2009 la Tetralogía completa de Wagner, en la que el compositor alemán recurre a figuras mitológicas para tratar temas tan humanos como la avaricia. Han actuado en el Liceo o en la Bastilla. ¿Conocía el Palau? En el año 2000 trabajamos en L’Hemisfèric para el espectáculo inaugural de la Bienal y veíamos su evolución. En aquella época ya habíamos hablado con Helga Schmidt y con Zubin Mehta de la posibilidad de traer aquí una versión de la Tetralogía. Mehta se entusiasmó con nuestra visión de Wagner, ya que últimamente todas las versiones olvidaban la esencia mitológica y apostaban por lo terrenal. Nosotros hemos rescatado a los dioses. ¿Qué impresión le ha dado? El edificio me he sorprendido mucho. Al principio existían reticencias porque hay mucho blanco y choca ese color en un teatro. Pero una vez empezamos nos dimos cuenta de las ventajas, como el poder proyectar en las paredes, en la platea, encima de la gente. Este teatro nos permite desbordar la imagen como no se puede en otros. En Florencia, tendremos problemas con esto. Wagner ha sido interpretado en los últimos años desde posturas espirituales y filosóficas, ¿no? Ha sido una visión mucho más terrenal, con personajes de la calle. El montaje de aquí y de Florencia vuelve al origen y deja el protagonismo en la potencia de la música y la luz, capaz de mover todo. No faltarán elementos propios de La Fura como las grúas. Pero no hay grandes aparatos. El tamaño es el apropiado para el Palau, nos hemos acoplado bien. El hecho de que se averiase la plataforma nos ha beneficiado. Se ha reforzado el escenario, han quitado los raíles de los lados y, así, no hay ningún escollo para mover las grúas. ¿Dónde residirá la esencia de la escenografía? En la luz. Hemos llevado la luz de Sorolla al escenario del Palau de les Arts. Se han rediseñado las mismas grúas de madera que en su día utilizó Wagner pero mejorándolas, hechas en aluminio. El público se sorprenderá con todo esto y al ver a algunos intérpretes que casi les sobrevolarán. ¿Cuál es la clave de esta obra? Cómo el afán consumista del hombre va degradando la naturaleza y esta se venga enviando a sus seres de luz, que son los dioses. Por ahí van las claves de este culebrón. ¿Cómo ha sido su relación con Zubin Mehta? Excelente. Es un fantástico profesional capaz de dirigir y coordinar al numeroso plantel de intérpretes que son necesarios. ¿Han tenido libertad para trabajar? ¿Alguna imposición? Ninguna. | |
Un público informado para comprender a Wagner MIKEL LABASTIDA/ VALENCIA Cuenta atrás para que la Tetralogía de Wagner llegue al Palau de les Arts. Quedan dos semanas para la representación de El oro del Rin (día 28) y La Walkiria (el 30), con las que la primera temporada operística del Palau terminará. Zubin Mehta, que se encuentra estos días en Valencia para ensayar estas piezas de Wagner, valoraba ayer muy positivamente este primer curso con el que el Palau ha irrumpido en el circuito operístico. "Todos mis amigos músicos extranjeros están alucinados con lo que se está haciendo aquí, creen que la programación que hemos hecho es arriesgada e importante. Se interesan mucho y eso es bueno", comentó Mehta, que cree que los auténticos protagonistas de la temporada han sido los músicos de la orquesta de la Comunitat con los que se ha reencontrado para poner en marcha las óperas del compositor alemán. "La orquesta está muy preparada para llevar a cabo las cuatro producciones que componen la Tetralogía de Wagner y de las que ahora se representan dos. Lo más importante es que individualmente la valía de cada músico es enorme y como grupo funcionan a la perfección", manifestó ayer el director. "Los músicos han crecido muchísimo en los meses en que llevan funcionando. Se nota la experiencia y trabajo con Lorin Maazel y el haberse enfrentado a piezas tan distintas como La Bohème, La Bruja o Fidelio. Han participado en diversos proyectos y de todos han salido bien parados", añadió Mehta que comparó ayer a los miembros de la orquesta con "esponjas que absorben todo. No es fácil con Wagner aunque hay que reconocer que la majestuosidad de la música de este compositor ayuda mucho y les da la oportunidad de disfrutar la ópera y lucirse". Mucho se ha hablado sobre la complejidad de El anillo de los Nibelungos, la gran obra de Wagner que los valencianos disfrutarán hasta 2009. ¿Será una ópera fácil para los espectadores? "Es muy importante que el público se informe y lea mucho sobre las óperas antes de ir a ver El oro del Rin y La Walkiria. Hay multitud de personajes y tramas y, aunque durante la representación puede seguir la historia por las pantallas, es necesario que tengan un background previo". Atentos al escenario Mehta matizó ayer que para disfrutar de las próximas óperas del Palau "no basta con escuchar la música de Wagner, sino que hay que ser consciente de por qué sucede cada cosa en el escenario". El director musical tuvo claro este proyecto desde el principio cuando hace siete años Helga Schmidt le propuso dirigir a Wagner en Valencia. "Vi una producción sobre Fausto de la Fura dels Baus y me gustó mucho, por eso puse como condición indispensable que el grupo catalán se ocupase de la dirección escénica". Sobre el papel todo parece funcionar a la perfección en esta nueva producción pero Mehta prefiere ser cauto y esperar al estreno para dar una valoración de la representación de Wagner, un autor al que califica de "revolucionario". El trabajo no cesa en el Palau. Los miembros de la Fura preparaban ayer los vídeos que formarán parte de la escenografía de ambas óperas, y que se proyectarán sobre doce monitores, mientras se hacían diferentes pruebas con los artilugios que ocuparán el escenario. Si para el público enfrentarse a la Tetralogía no es una empresa fácil tampoco lo es para los profesionales que lo han puesto en marcha, aunque "haber dirigido cinco veces estas piezas da mucha seguridad", señala Mehta. "Solamente es posible crear El anillo de los Nibelungos si vemos el total. Para hacerlo correctamente debemos tener en cuenta las cuatro obras. Con la orquesta también se hará así, aunque todavía no hemos comenzado a trabajar a fondo con Sigfrido ni El ocaso de los dioses, aunque las tengo en cuenta en mi plan de trabajo". Zubin Mehta prepara también el concierto Resurrección que dirigirá el próximo 9 de mayo en el auditorio y fija su vista ya en la próxima temporada. "Hay muchos proyectos en marcha pero lo más importante es arrancar el festival del Mediterráneo y que comiencen a funcionar todas las salas del Palau de les Arts", indicó ayer el director. | |
ÓPERA El director se muestra "encantado" ante el inminente estreno de la obra de Wagner Ricardo Rodríguez Valencia "La Tetralogía de Wagner es el reto más grande al que se puede enfrentar una orquesta nueva, y la Orquestra de la Comunitat Valenciana lo ha superado brillantemente, gracias a un entusiasmo sin límites" . Así de convencido se mostraba ayer el maestro Zubin Mehta de las posibilidades de la OCV ante el exigente repertorio al que tendrán que hacer frente sus músicos en las próximas semanas, cuando en el Palau de les Arts se estrenen las dos primeras partes de Der ring der Nibelungen (El anillo del Nibelungo): Das Rheingold (El oro del Rhin) y Die Walküre (La Valquiria), los próximos días 28 y 30 de abril, respectivamente. Mehta, que estará al frente de la parte musical del proyecto, reconoció ayer que se llega al final de un camino "que ha durado varios años, desde que en 2000 la intendente Helga Schmidt me planteó la idea. Yo decidí aceptar sólo si se contaba con la máxima calidad en todos los elementos, como así ha sido" . El maestro indio se deshizo en elogios hacia La Fura dels Baus, que se encargará del espacio escénico, y con los que asegura haber desarrollado un trabajo ejemplar: "Quedé encantado cuando los vi, hace años, en Salzburgo, y me propuse trabajar con ellos algún día. Lo que no esperaba es que todo fuese tan fluido. Si tuviera que destacar algo, sería su flexibilidad. He trabajado con muchos directores de escena, hasta descubrir que los mejores son los que están más abiertos a hacer cambios, mientras que los mediocres son los que siempre están a la defensiva" . A modo de anécdota, Mehta reflejó que "en ocasiones, se han mostrado más inflexibles con los cambios que yo mismo. Si se me ocurría plantearles cualquier variación sobre la obra de Wagner, me aseguraban que había que ceñirse al original" . El peso wagneriano La fidelidad a la ópera magna de Wagner no sólo existirá sobre el escenario, sino también en el foso, donde Mehta ha hecho especial hincapié en inculcar "el peso wagneriano" a la formación titular del Palau de les Arts. "Hay pocas orquestas en el mundo, en Berlín o Viena, en las que ya exista ese peso. En el resto, hay que educarlo. Lo que me ha sorprendido más es la predisposición de la orquesta. Han estudiado durante semanas de duros ensayos, se han llevado trabajo a casa y se han convertido en lo que son, una de las mejores formaciones que he oído en los últimos años" , aseguró. El teatro de ópera valenciano vivirá con el estreno de estos dos montajes, realizados en coproducción con el festival Maggio Musicale de Florencia, el "momento culminante" de su primera temporada, recalcó por su parte la intendente de la institución, Helga Schmidt, quien hizo notar que el auditorio ofrecerá entre este año y 2009 el ciclo completo de esta obra cumbre wagneriana, lo que supone "el mejor regalo que un teatro de ópera puede hacer al mundo" . Más aún, subrayó, si se cuenta en la dirección con el maestro Zubin Mehta y un reparto "de primer nivel" . La presentación de estas dos óperas culmina un proceso de trabajo de seis años que Carlus Padrissa, miembro de La Fura dels Baus y director escénico de la producción confía que sea un éxito porque el Palau de les Arts y Valencia es el "lugar ideal para representar este espectáculo" , consideró. Padrissa recalcó que la luz es "la palabra mágica" de estos montajes, que definió como "producciones muy mediterráneas" . Preguntado sobre si la avería de la plataforma que se produjo en el coliseo ha afectado a su proyecto original, que, "incluso, nos ha beneficiado porque nosotros no utilizamos grandes escenarios" . Para el artista, este tipo de "in cidentes ocurren en todos los teatros" . La ampliación del Festival del Mediterráneo La presencia de Zubin Mehta en Valencia no sirvió ayer para aclarar las dudas establecidas sobre el futuro del Festival del Mediterráneo, que él dirige y que sigue sin tener completamente cerrada su programación. De hecho, al ser preguntado sobre el futuro del festival, el director indio remitió a Helga Schmidt, quien simplemente confirmó lo ya adelantado, asegurando que, al no tener el Palau de les Arts todas sus salas aún disponibles, habrá que esperar hasta 2008 para poder ver los auténticos resultados. Será entonces "siempre hacia finales de la temporada", según la intendente, cuando se podrá ver el estreno de "Turandot", la ópera con la que el Palau de les Arts conmemorará el 150 aniversario de la muerte de Puccini, y posteriormente, la tercera entrega de la "Tetralogía", "Sigfried". Schmidt también adelantó que se está intentando que el festival amplíe su duración "de tres a cuatro semanas, en atención al estupendo público valenciano", lo que supondría ampliar las funciones representadas de cada producción. | |
eValencia 2 Febrero 2007 La Fura del Baus percibirá cerca de 3 millones por el montaje de la "Tetralogía" de Wagner A. Blancas ValenciaEl Levante / EMV La Fura dels Baus percibirá alrededor de 3 millones de euros por el montaje de la Tetralogía de Wagner, una coproducción del Palau de les Arts y el Teatro Maggio Musicale de Florencia, según ha podido saber este diario. Las dos primeras óperas del ciclo Der Ring der Nibelungen (El anilllo del Nibelungo): Das Rheingold (El oro del Rhin) y Die Walküre (La Valquiria), se representarán el próximo abril en el teatro valenciano bajo la dirección musical de Zubin Mehta, mientras que Siegfried (Sigfrido)está programada para 2008 y Götterdämmerung (El ocaso de los dioses), para 2009. El teatro valenciano abonará el 60 por ciento del total de las primeras tres óperas ya que se estrenarán en Valencia mientras que el 40 por ciento restante correrá a cargo del teatro italiano. En el caso de la última producción, el pago será a la inversa ya que se estrenará primero en Florencia, según explicaron fuentes del coliseo. Asimismo, señalaron que el coste incluye las reposiciones de las cuatro óperas. También indicaron que el caché de La Fura dels Baus es el "habitual" de la compañía. Según el contrato firmado con La Fura dels Baus, la compañía percibirá 751.300 euros por la dirección artística de las cuatro óperas del compositor alemán. La compañía catalana ha sido, además, la que ha asignado a Carlos Padrissa como director de escena; al escenógrafo, Roland Olbeter, y al video designer, Fran Aleu entre otros colaboradores. Además, recibirá a cuenta de la ejecución de cada ópera la cantidad de 140.000 euros por cada una de las dos primeras, 147.000 por la tercera y 154.300 por la última, sin contar el IVA. En total, 581.300 euros. Estas cantidades incluyen la cesión de los derechos de autor de La Fura y Padrissa así como los derechos de representación y reposición de la creación y puesta en escena de cada una de las óperas del ciclo. Por el contrario, están excluidos los derechos de imagen para cualquier tipo de retransmisión con fines comerciales. Por otra parte, el coste de producción asciende a 1,6 millones de euros. Este apartado abarca la escenografía, vestuario, atrezzo, video proyecciones, efectos especiales, el conjunto de toda la maquinaria necesaria para los ensayos y funciones de cada una de las óperas del ciclo y el transporte entre Valencia y Florencia. El coste de producción de Das Rheingold y Die Walküre asciende a 700.000 euros; Sigfried a 400.000 euros y Götterdämmerung, a 500.000 euros. En un principio, la Tetralogía iba a formar parte de la oferta musical del Festival del Mediterráneo que preside Mehta y que estaba previsto que comenzara el próximo verano, tras finalizar la primera temporada del coliseo. Tras retrasar la inauguración hasta 2008, las dos primera óperas han pasado a formar parte de la primera temporada. | |